MASA PARA PIZZA

Introducción

La pizza es uno de los platillos más queridos y reconocidos a nivel mundial. Su versatilidad, tanto en la preparación como en la elección de ingredientes, la ha convertido en un lienzo culinario para la creatividad y la tradición. Aunque existen innumerables variaciones, con diferentes tipos de masas, salsas y coberturas, el corazón de una buena pizza reside en su masa.

Hacer masa para pizza en casa puede parecer una tarea compleja, pero en realidad es un proceso accesible y gratificante. Con unos pocos ingredientes básicos y un poco de paciencia, puedes lograr una masa deliciosa que servirá como base perfecta para tus creaciones. Esta receta te guiará a través de los pasos necesarios para crear una masa clásica, con una textura ideal, crujiente por fuera y esponjosa por dentro.

Además, preparar tu propia masa te permite controlar los ingredientes y ajustarlos a tus preferencias. Puedes experimentar con diferentes tipos de harina, tiempos de fermentación y métodos de cocción para descubrir tu versión perfecta. No hay nada como la satisfacción de amasar, estirar y hornear tu propia masa, para luego disfrutar de una pizza casera con los sabores que más te gustan. Te invito a que te animes a probarla.

Por qué te encantará esta receta

Esta receta de masa para pizza es simple y directa, ideal para principiantes y experimentados por igual. Utiliza ingredientes comunes que probablemente ya tienes en tu despensa, lo que la hace práctica y accesible. No necesitas equipo especial, solo tus manos, un bol y un rodillo serán más que suficientes para lograr excelentes resultados.

Además, esta receta es altamente personalizable. Una vez que domines la base, podrás experimentar con diferentes harinas, como integral o de sémola, para obtener diferentes texturas y sabores. La masa es una base neutra que te invita a ser creativo con tus ingredientes, creando combinaciones clásicas o innovadoras que se adapten a tu gusto.

Por último, la satisfacción de hacer tu propia masa para pizza es incomparable. El proceso de amasar, ver cómo la masa cobra vida y luego disfrutar del aroma y el sabor de una pizza recién horneada hecha por ti, es una experiencia culinaria que vale la pena vivir. Verás como tu familia e invitados disfrutan de tu pizza con gran alegría.

Ingredientes que necesitarás

Harina: El ingrediente principal de la masa. Necesitarás 500 gramos de harina de fuerza. Este tipo de harina tiene un alto contenido de proteína, lo que contribuye a la formación de gluten y, en consecuencia, a una masa elástica y con buena estructura. La harina de fuerza es esencial para lograr una pizza con la textura adecuada.

Levadura de panadería: Este es el agente leudante que hará que la masa crezca. Necesitarás 10 gramos de levadura fresca de panadería, o su equivalente en levadura seca (aproximadamente 3 gramos). La levadura es un microorganismo vivo que se alimenta de los azúcares de la harina, produciendo dióxido de carbono, que queda atrapado en la masa y la hace fermentar.

Agua tibia: El agua tibia es necesaria para activar la levadura y ayudar a desarrollar el gluten. Necesitarás 250 ml de agua tibia, a una temperatura de alrededor de 37°C (temperatura corporal). El agua demasiado caliente puede matar la levadura, mientras que el agua fría no la activará correctamente.

Aceite de oliva virgen extra: El aceite de oliva añade sabor y suavidad a la masa. Necesitarás 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra. El aceite también ayuda a que la masa sea más fácil de manejar y a que no se pegue a las superficies. Se puede sustituir por otro tipo de aceite, pero el de oliva es el ideal.

Sal en escamas: La sal realza el sabor de la masa y controla la actividad de la levadura. Necesitarás 1 cucharadita de sal en escamas. La sal también fortalece el gluten, lo que contribuye a la estructura de la masa. Es preferible usar sal en escamas, pero si no tienes, puedes usar sal fina común.

Cómo hacer masa para pizza

Hacer masa para pizza implica mezclar los ingredientes, amasar la masa, dejarla fermentar y finalmente estirarla para darle forma. Aunque el proceso requiere algo de tiempo, principalmente para la fermentación, el tiempo activo de trabajo es relativamente corto. Los pasos son simples y no requieren de mucha experiencia en la cocina.

El amasado desarrolla el gluten en la harina, lo que le da a la masa su elasticidad y estructura. La fermentación permite que la levadura actúe, haciendo que la masa crezca y desarrolle sabor. Finalmente, el estirado le da a la masa la forma deseada, lista para ser cubierta con tus ingredientes favoritos y horneada.

El resultado es una masa casera con una textura y un sabor superiores a las masas compradas en la tienda. Con un poco de práctica, dominarás el arte de hacer masa para pizza y podrás disfrutar de deliciosas pizzas caseras siempre que quieras. Anímate a experimentar y encontrar el punto exacto que más te guste.

Instrucciones paso a paso

Paso 1: Disolver la levadura: En un recipiente pequeño, disuelve los 10 gramos de levadura fresca en un poco del agua tibia (aproximadamente 50 ml). Asegúrate de que el agua esté a la temperatura adecuada, alrededor de 37°C. Deja reposar la mezcla durante unos minutos hasta que la levadura se disuelva completamente y comience a burbujear, lo que indica que está activa.

Paso 2: Mezclar los ingredientes secos: En un bol grande, combina los 500 gramos de harina de fuerza y la cucharadita de sal en escamas. Mezcla bien con una cuchara o con las manos. Haz un hueco en el centro de la mezcla de harina, como si fuera un volcán.

Paso 3: Incorporar los ingredientes húmedos: Vierte la mezcla de levadura disuelta en el hueco que hiciste en la harina. Añade también las 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra. Comienza a mezclar los ingredientes líquidos con la harina circundante, usando una cuchara de madera o tus manos.

Paso 4: Añadir el agua restante: Gradualmente, ve añadiendo el resto del agua tibia (200 ml) a la mezcla, mientras continúas mezclando. La cantidad de agua puede variar ligeramente dependiendo de la humedad del ambiente y del tipo de harina, así que agrégala poco a poco hasta obtener una masa que se despegue de las paredes del bol pero que aún esté ligeramente pegajosa.

Paso 5: Amasar la masa: Espolvorea un poco de harina sobre una superficie de trabajo limpia y plana. Vuelca la masa sobre la superficie enharinada y comienza a amasarla. Amasa durante unos 5-10 minutos, hasta que la masa esté suave, elástica y ya no se pegue a las manos. Si la masa está demasiado pegajosa, puedes añadir un poco más de harina, pero solo la cantidad necesaria para que sea manejable. El amasado es importante.

Paso 6: Primera fermentación: Forma una bola con la masa y colócala en un bol limpio y ligeramente engrasado con aceite de oliva. Cubre el bol con film transparente o un paño húmedo. Deja que la masa repose en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante aproximadamente 1 hora, o hasta que haya duplicado su tamaño.

Paso 7: Dividir y formar las pizzas: Una vez que la masa haya fermentado, vuelve a espolvorear la superficie de trabajo con harina. Vuelca la masa sobre la superficie y divídela en cuatro partes iguales. Forma bolas con cada porción de masa.

Paso 8: Segunda fermentación: Cubre las bolas de masa con un paño húmedo y déjalas reposar durante otra hora. Este segundo tiempo de fermentación permitirá que la masa se relaje y desarrolle aún más sabor.

Paso 9: Estirar la masa: Enharina ligeramente la superficie de trabajo y un rodillo. Toma una bola de masa y estírala con el rodillo, dándole la forma deseada (redonda o rectangular). Si la masa se resiste a ser estirada, déjala reposar unos minutos para que el gluten se relaje. Puedes estirarla también con las manos.

Paso 10: Añadir los ingredientes y hornear: Una vez que la masa esté estirada, transfiérela a una bandeja para hornear ligeramente engrasada o cubierta con papel de horno. Cúbrela con tu salsa de tomate favorita, queso mozzarella rallado y tus ingredientes preferidos. Hornea en un horno precalentado a 220-250°C durante 10-15 minutos, o hasta que la masa esté dorada y crujiente y el queso esté derretido y burbujeante. El tiempo de horneado puede variar.

Consejos útiles

Usa agua a la temperatura adecuada: La temperatura del agua es crucial para la activación de la levadura. Si está demasiado caliente, matará la levadura; si está demasiado fría, no la activará correctamente. Lo ideal es que esté tibia al tacto, alrededor de 37°C.

No añadas demasiada harina: Es tentador añadir más harina si la masa está pegajosa, pero resiste la tentación. Un poco de pegajosidad es normal al principio. A medida que amases, la masa se volverá más suave y elástica. Añadir demasiada harina puede resultar en una masa dura y seca.

Deja que la masa fermente el tiempo suficiente: La fermentación es esencial para desarrollar el sabor y la textura de la masa. No te saltes los tiempos de reposo indicados en la receta. Si tienes prisa, puedes acelerar un poco la primera fermentación colocando el bol en un lugar más cálido, pero no lo acortes demasiado.

Precalienta bien el horno: Un horno bien caliente es crucial para obtener una pizza con una base crujiente. Precalienta el horno a la temperatura máxima (220-250°C) durante al menos 30 minutos antes de hornear la pizza. Si tienes una piedra para pizza, colócala en el horno mientras se precalienta para obtener mejores resultados.

Congela la masa sobrante: Si no vas a usar toda la masa, puedes congelarla. Después de la primera fermentación, divide la masa en porciones, forma bolas, envuélvelas individualmente en film transparente y guárdalas en el congelador. Para usarla, descongélala en el refrigerador durante la noche y luego déjala reposar a temperatura ambiente durante una hora antes de estirarla.

Detalles

Tiempo de preparación: El tiempo de preparación activo para esta receta es de aproximadamente 20-30 minutos. Esto incluye el tiempo que se tarda en reunir y medir los ingredientes, disolver la levadura y amasar la masa.

Tiempo de fermentación: La masa necesita fermentar en dos etapas. La primera fermentación dura aproximadamente 1 hora, y la segunda, después de dividir la masa, dura otra hora. El tiempo total de fermentación es de aproximadamente 2 horas.

Tiempo de cocción: El tiempo de cocción de la pizza es de aproximadamente 10-15 minutos en un horno precalentado a 220-250°C. El tiempo exacto puede variar dependiendo de tu horno y del grosor de la masa.

Tiempo total: El tiempo total para hacer esta receta, incluyendo la preparación, la fermentación y la cocción, es de aproximadamente 2 horas y 30 minutos a 3 horas.

Rendimiento: Esta receta rinde para 4 pizzas individuales de tamaño mediano. Puedes ajustar el tamaño de las pizzas a tu gusto, dividiendo la masa en más o menos porciones.

Categoría: Esta receta se clasifica como “Plato principal”. La pizza es una comida completa que puede incluir una variedad de ingredientes de diferentes grupos alimenticios.

Método: El método principal utilizado en esta receta es el “Horneado”. La masa se hornea en un horno caliente hasta que esté dorada y crujiente.

Cocina: Esta receta es de origen “Italiano”. La pizza es un plato tradicional de la cocina italiana que se ha popularizado en todo el mundo.

Dieta: La masa para pizza tradicional no es apta para personas con intolerancia al gluten, ya que se elabora con harina de trigo. Sin embargo, existen alternativas sin gluten que se pueden utilizar para hacer masa para pizza apta para celíacos. Esta receta, en su forma original, es “Vegetariana”, ya que no contiene carne ni productos de origen animal, a excepción de los ingredientes que se añadan sobre la pizza.

Notas

Puedes usar levadura seca activa en lugar de levadura fresca. Si usas levadura seca, necesitarás aproximadamente 3 gramos (1 cucharadita). Disuélvela en el agua tibia junto con una pizca de azúcar para activarla antes de añadirla a la harina.

Si no tienes aceite de oliva virgen extra, puedes usar otro tipo de aceite vegetal, como aceite de girasol o de canola. Sin embargo, el aceite de oliva virgen extra le da un sabor característico a la masa.

Puedes añadir hierbas secas a la masa para darle más sabor. Prueba con orégano, albahaca, romero o una mezcla de hierbas italianas. Añade aproximadamente 1 cucharadita de hierbas secas a la harina junto con la sal.

Si quieres una masa más crujiente, puedes estirarla más fina. Si prefieres una masa más esponjosa, estírala más gruesa.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar harina común en lugar de harina de fuerza? Sí, puedes usar harina común, pero la textura de la masa no será la misma. La harina de fuerza tiene un mayor contenido de proteína, lo que ayuda a desarrollar el gluten y a obtener una masa más elástica y con una mejor estructura. Si usas harina común, es posible que la masa quede un poco más blanda y menos crujiente.

¿Por qué mi masa no sube? Si tu masa no sube, puede ser por varias razones. La levadura puede estar caducada o inactiva. El agua puede haber estado demasiado caliente o demasiado fría. O puede que no hayas dejado que la masa fermente el tiempo suficiente o en un lugar lo suficientemente cálido.

¿Puedo hacer la masa con anticipación? Sí, puedes hacer la masa con anticipación. Después de la primera fermentación, puedes guardarla en el refrigerador hasta por 24 horas. Sácala del refrigerador una hora antes de usarla para que se atempere. También puedes congelar la masa después de la primera fermentación, como se indicó en los consejos útiles.

¿Qué tipo de queso es mejor para la pizza? El queso mozzarella rallado es el queso clásico para la pizza, ya que se derrite bien y tiene un sabor suave. Sin embargo, puedes usar otros tipos de queso, como provolone, parmesano, o una mezcla de quesos.

¿Cómo puedo evitar que la pizza se pegue a la bandeja? Para evitar que la pizza se pegue, engrasa ligeramente la bandeja para hornear con aceite o cúbrela con papel de horno. También puedes espolvorear la bandeja con un poco de harina o sémola de maíz. Si tienes una piedra para pizza, úsala para obtener una base aún más crujiente.

Instrucciones de almacenamiento

Si te sobra masa, puedes guardarla en el refrigerador. Después de la primera fermentación, envuelve la masa en film transparente ligeramente engrasado y guárdala en el refrigerador hasta por 24 horas. Sácala del refrigerador una hora antes de usarla para que se atempere y sea más fácil de estirar.

También puedes congelar la masa para usarla más adelante. Después de la primera fermentación, divide la masa en porciones, forma bolas, envuélvelas individualmente en film transparente y guárdalas en una bolsa para congelador. La masa congelada se puede conservar hasta por 3 meses. Para usarla, descongélala en el refrigerador durante la noche y luego déjala reposar a temperatura ambiente durante una hora antes de estirarla.

Recetas relacionadas

Si te ha gustado esta receta de masa para pizza casera, seguramente disfrutarás de estas otras recetas que complementan a la perfección una buena pizza o que también son clásicos de la cocina italiana.

Salsa de tomate casera para pizza: Una buena pizza comienza con una buena salsa. Preparar tu propia salsa de tomate es fácil y te permite controlar los ingredientes y ajustar el sabor a tu gusto. Puedes usar tomates frescos o enlatados, y añadir hierbas como orégano, albahaca y ajo para un sabor auténtico. La salsa se puede hacer con antelación y se conserva bien en la nevera o el congelador.

Ensalada Caprese: Esta ensalada fresca y sencilla es un acompañamiento perfecto para la pizza. Combina rodajas de tomate fresco, mozzarella fresca y hojas de albahaca, aliñadas con aceite de oliva virgen extra y un toque de glaseado balsámico. Es una combinación de sabores clásica italiana que es ligera, refrescante y deliciosa. Es ideal para equilibrar la contundencia de la pizza.

Pan de ajo: El pan de ajo es otro acompañamiento clásico para la pizza. Puedes hacerlo con una barra de pan, mantequilla de ajo casera y hierbas frescas. Es una opción deliciosa y fácil de preparar que gustará a todos. Además, el pan de ajo es ideal para aprovechar las sobras de pan.

Espaguetis a la boloñesa: Si buscas otra receta italiana clásica, prueba a preparar espaguetis a la boloñesa. Esta salsa de carne abundante y sabrosa es perfecta para una comida reconfortante. Se prepara a fuego lento con carne picada, verduras y tomates, creando una salsa rica y llena de sabor. Es un plato sustancioso que encantará a toda la familia.

Lasaña: La lasaña es otra opción popular de la cocina italiana que es perfecta para una cena familiar. Se trata de un plato horneado en capas que combina láminas de pasta, salsa de carne, salsa bechamel y queso. Es una receta reconfortante y deliciosa que se puede preparar con antelación. La puedes adaptar a tus gustos, variando los ingredientes o incluso haciendo una versión vegetariana.

Conclusión

Hacer tu propia masa para pizza en casa es una experiencia gratificante que te permite disfrutar de una pizza deliciosa y personalizada. Esta receta te ha proporcionado los pasos necesarios para crear una masa clásica, con una textura ideal y un sabor auténtico. Recuerda que la práctica hace al maestro, así que no te desanimes si tus primeros intentos no son perfectos.

Ahora que dominas la receta básica, te animo a experimentar con diferentes tipos de harina, tiempos de fermentación y métodos de cocción. Prueba a añadir hierbas o especias a la masa para darle un toque extra de sabor. Y, por supuesto, diviértete creando tus propias combinaciones de ingredientes para la pizza. Las posibilidades son infinitas.

Lo mejor de todo es que puedes compartir tu pizza casera con familiares y amigos, creando momentos especiales alrededor de la mesa. No hay nada como el sabor de una pizza recién horneada, hecha con amor y compartida con las personas que quieres. Esperamos que te haya gustado esta receta, y que te animes a ponerla en práctica. ¡Buen provecho!

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