Galletas de Queso Philadelphia y Vainilla

Introducción

Las galletas de queso Philadelphia y vainilla son una verdadera delicia que combina la cremosidad del queso con el aroma dulce y reconfortante de la vainilla. Estas galletas son perfectas para cualquier ocasión. Ya sea para una merienda, un postre o simplemente para darte un capricho en cualquier momento del día.

La combinación de queso crema y vainilla crea una galleta con una textura suave y un sabor delicado que se deshace en la boca. Son tan deliciosas que una vez que las pruebes, se convertirán en una de tus recetas favoritas. Además, son muy fáciles de hacer.

En esta receta, te guiaremos paso a paso en la preparación de estas exquisitas galletas. Te daremos consejos útiles y variaciones para que puedas personalizarlas a tu gusto. Prepárate para disfrutar de unas galletas caseras que conquistarán a todos con su sabor y textura inigualables.

Por qué te encantará esta receta

Hay muchas razones por las que te enamorarás de estas galletas de queso Philadelphia y vainilla. En primer lugar, su sabor es simplemente excepcional. La combinación del queso crema, que aporta una ligera acidez y una cremosidad única, con la dulzura de la vainilla, crea un perfil de sabor equilibrado y delicioso.

Además, la textura de estas galletas es otro de sus puntos fuertes. Son suaves por dentro y ligeramente crujientes por fuera. Esta combinación de texturas las hace irresistibles para cualquier amante de las galletas.

Otra razón para amar esta receta es su simplicidad. Con ingredientes básicos que probablemente ya tienes en tu despensa y pasos fáciles de seguir, puedes preparar estas galletas en poco tiempo. Incluso si no tienes mucha experiencia en la repostería.

Finalmente, estas galletas son muy versátiles. Puedes disfrutarlas solas, con un vaso de leche, una taza de té o café. O también puedes usarlas como base para crear postres más elaborados, como sándwiches de helado o mini cheesecakes.

Ingredientes que necesitarás

Para preparar estas deliciosas galletas, necesitarás algunos ingredientes básicos que seguramente ya tienes en tu cocina. Necesitarás 150 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente. Es importante que la mantequilla esté blanda para que se mezcle bien con los demás ingredientes.

También necesitarás 100 g de queso crema tipo Philadelphia, también a temperatura ambiente. El queso crema es el ingrediente estrella de esta receta. Ya que le da a las galletas su sabor característico y su textura cremosa.

Además, requerirás 1 taza de azúcar granulada. El azúcar no solo endulza las galletas, sino que también contribuye a su textura y color dorado. 1 huevo fresco, que aportará humedad y ayudará a ligar la masa.

1 cucharadita de esencia de vainilla pura, que realzará el sabor de las galletas con su aroma dulce y reconfortante. 2 1/2 tazas de harina de trigo todo uso, que será la base seca de nuestras galletas. 1 cucharadita de polvo de hornear.

El polvo de hornear ayudará a que las galletas suban y queden esponjosas. Y finalmente, una pizca de sal, que realzará los sabores de todos los demás ingredientes. Es increíble como un toque de sal hace la diferencia.

Asegúrate de que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente para obtener mejores resultados. Esto facilitará el proceso de mezclado y asegurará que la masa tenga una consistencia homogénea. Revisa que no haya ingredientes como los mencionados anteriormente que no formen parte de esta receta.

Cómo hacer galletas de queso Philadelphia y vainilla

El proceso de elaboración de estas galletas es bastante sencillo y no requiere de técnicas complicadas de repostería. Lo primero que debes hacer es precalentar tu horno a 180°C (350°F). Esto es importante para que las galletas se cocinen de manera uniforme.

Mientras el horno se calienta, prepara una bandeja para hornear cubriéndola con papel pergamino. Esto evitará que las galletas se peguen. Y facilitará la limpieza posterior.

Ahora, en un bol grande, comienza a batir la mantequilla y el queso crema. Puedes usar una batidora eléctrica o hacerlo a mano con una espátula o batidor de varillas. El objetivo es obtener una mezcla suave y cremosa.

Instrucciones paso a paso

Paso 1: Preparar la bandeja y los ingredientes

Antes de comenzar a mezclar los ingredientes, precalienta el horno a 180°C (350°F). Forra una bandeja para hornear con papel pergamino o engrásala ligeramente. Esto evitará que las galletas se peguen y facilitará la limpieza.

Asegúrate de que la mantequilla y el queso crema estén a temperatura ambiente. Esto es crucial para que se mezclen bien y creen una masa suave. Saca estos ingredientes del refrigerador al menos 30 minutos antes de comenzar la receta.

Reúne todos los demás ingredientes y utensilios que necesitarás. Tener todo a mano agilizará el proceso y te permitirá trabajar de manera más eficiente. Mide las cantidades exactas de cada ingrediente para asegurar el éxito de la receta.

Paso 2: Batir la mantequilla y el queso crema

En un bol grande, coloca la mantequilla y el queso crema. Bate ambos ingredientes con una batidora eléctrica a velocidad media. Hasta obtener una mezcla cremosa y homogénea, sin grumos de mantequilla o queso.

Este paso es fundamental para lograr la textura deseada en las galletas. Si no tienes una batidora eléctrica, puedes hacerlo a mano con una espátula o un batidor de varillas. Pero asegúrate de batir enérgicamente hasta que la mezcla esté suave.

El proceso de batido debe tomar alrededor de 2 a 3 minutos con una batidora eléctrica. Y un poco más si lo haces a mano. Sabrás que la mezcla está lista cuando tenga un color pálido y una consistencia esponjosa.

Paso 3: Añadir el azúcar

Una vez que la mantequilla y el queso crema estén bien integrados, añade la taza de azúcar granulada. Continúa batiendo a velocidad media hasta que el azúcar se haya disuelto por completo y la mezcla esté suave y esponjosa. Este proceso puede tomar entre 3 y 5 minutos.

Es importante no apresurarse en este paso. Ya que el azúcar necesita disolverse adecuadamente para evitar una textura granulosa en las galletas. A medida que bates, notarás que la mezcla se vuelve más clara y aumenta ligeramente de volumen.

Si lo haces a mano, asegúrate de hacer movimientos envolventes y constantes. Para integrar bien el azúcar. Paciencia y constancia son claves en este punto.

Paso 4: Incorporar el huevo y la vainilla

Con la batidora a baja velocidad, añade el huevo a la mezcla de mantequilla, queso crema y azúcar. Bate hasta que esté completamente incorporado. No sobrebatas en este punto, solo lo justo para que el huevo se integre a la mezcla.

A continuación, añade la cucharadita de esencia de vainilla. Mezcla suavemente hasta que la vainilla se distribuya uniformemente en la masa. La vainilla aportará un aroma delicioso y un sabor sutil que realzará el perfil de sabor de las galletas.

Si no tienes esencia de vainilla, puedes omitirla. O sustituirla por otro extracto de tu preferencia, como almendra o limón. Pero ten en cuenta que esto cambiará ligeramente el sabor de las galletas.

Paso 5: Mezclar los ingredientes secos

En un bol aparte, tamiza la harina de trigo, el polvo de hornear y la pizca de sal. Tamizar es importante para eliminar grumos y asegurar que los ingredientes secos se distribuyan uniformemente en la masa. Esto también ayuda a airear la harina, lo que contribuirá a la textura ligera de las galletas.

Mezcla los ingredientes secos con un tenedor o un batidor de varillas. Asegurándote de que el polvo de hornear y la sal estén bien distribuidos en la harina. Este paso previo es crucial para que las galletas suban de manera uniforme durante el horneado.

Una vez que los ingredientes secos estén bien combinados, resérvalos para el siguiente paso. Ten cuidado de no sobremezclar en este punto. Solo combina hasta que no queden grumos visibles.

Paso 6: Integrar los ingredientes secos a la mezcla húmeda

Con la batidora a baja velocidad, añade gradualmente los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, queso crema, azúcar, huevo y vainilla. Incorpora los secos en dos o tres adiciones. Mezclando solo hasta que se combinen después de cada adición.

Es importante no sobrebatir la masa en este punto. Ya que podrías desarrollar demasiado el gluten de la harina y obtener galletas duras. Mezcla lo justo hasta que no se vean rastros de harina seca. La masa debe quedar suave y ligeramente pegajosa.

Si lo haces a mano, utiliza una espátula o cuchara de madera. Realiza movimientos envolventes y suaves para integrar los ingredientes. Recuerda que la clave está en mezclar lo mínimo necesario para obtener una masa homogénea.

Paso 7: Formar y hornear las galletas

Con la ayuda de una cuchara para helado o dos cucharas regulares, forma bolitas de masa. Colócalas en la bandeja para hornear que preparaste previamente. Deja al menos 5 cm (2 pulgadas) de espacio entre cada bolita. Ya que se expandirán un poco durante el horneado.

Una vez que hayas colocado todas las bolitas de masa en la bandeja, aplánalas ligeramente con un tenedor. Esto les dará la forma clásica de galleta y ayudará a que se cocinen de manera uniforme. Puedes hacer un patrón de rejilla con el tenedor si quieres darles un toque decorativo.

Introduce la bandeja en el horno precalentado y hornea las galletas durante 12 a 15 minutos. O hasta que los bordes estén ligeramente dorados. El tiempo de cocción puede variar ligeramente dependiendo de tu horno. Así que vigílalas de cerca durante los últimos minutos.

Paso 8: Enfriar y disfrutar

Una vez que las galletas estén listas, retira la bandeja del horno y deja que se enfríen en la bandeja durante unos 5 minutos. Esto permitirá que se asienten y se endurezcan un poco antes de manipularlas. Si intentas moverlas demasiado pronto, podrían romperse.

Después de 5 minutos, transfiere las galletas a una rejilla para enfriar con la ayuda de una espátula. Deja que se enfríen completamente sobre la rejilla antes de servirlas. El enfriamiento completo es importante para que las galletas alcancen su textura definitiva.

Una vez que las galletas estén completamente frías, estarán listas para ser disfrutadas. Su textura suave y cremosa, combinada con el sutil sabor a vainilla, las convierte en una verdadera delicia. Puedes servirlas solas o acompañadas de tu bebida favorita.

Consejos útiles

Para obtener galletas perfectamente redondas, utiliza una cuchara para helado al formar las bolitas de masa. Esto no solo te dará galletas de tamaño uniforme. Sino que también ayudará a que se cocinen de manera pareja.

Si no tienes papel pergamino, puedes engrasar ligeramente la bandeja para hornear. Pero ten en cuenta que las galletas podrían dorarse más rápido en la base. Vigílalas de cerca durante el horneado para evitar que se quemen.

No sobrehornees las galletas. Deben estar ligeramente doradas en los bordes, pero aún suaves en el centro. Se endurecerán a medida que se enfríen. Así que no te preocupes si parecen un poco blandas al sacarlas del horno.

Para un sabor más intenso a vainilla, puedes usar las semillas de una vaina de vainilla en lugar de extracto. Simplemente corta la vaina a lo largo y raspa las semillas con la punta de un cuchillo. Luego, agrégalas a la masa junto con el huevo.

Si quieres darle un toque extra de sabor a tus galletas, puedes añadir ralladura de limón o naranja a la masa. La ralladura de cítricos complementa muy bien el sabor del queso crema y la vainilla. Añade aproximadamente 1 cucharadita de ralladura junto con el huevo.

Detalles

Tiempo de preparación: 15 minutos. Esto incluye el tiempo necesario para reunir y medir los ingredientes, y preparar la masa de las galletas. Es un proceso relativamente rápido que no te llevará mucho tiempo en la cocina.

Tiempo de cocción: 15 minutos. Este es el tiempo promedio que tardan las galletas en hornearse a 180°C (350°F). Recuerda que puede variar ligeramente según tu horno, así que vigílalas de cerca durante los últimos minutos de cocción.

Tiempo total: 30 minutos. Sumando el tiempo de preparación y el de cocción, tendrás tus galletas listas en aproximadamente media hora. Más el tiempo de enfriado, que es crucial para que las galletas alcancen su textura ideal.

Rendimiento: Aproximadamente 24 galletas. La cantidad de galletas que obtendrás dependerá del tamaño que les des. Con esta receta, puedes obtener alrededor de 24 galletas de tamaño mediano.

Kcal: Aproximadamente 150 kcal por galleta. Este valor puede variar ligeramente dependiendo del tamaño de las galletas y de los ingredientes específicos que utilices. Es una estimación para ayudarte a tener una idea del contenido calórico.

Categoría: Postre. Estas galletas son un postre clásico que se puede disfrutar en cualquier momento del día. Ya sea después de una comida, como merienda o simplemente como un capricho dulce.

Método: Horneado. El horneado es la técnica de cocción utilizada para preparar estas galletas. Lo que les da su textura característica y su color dorado.

Cocina: Americana. Aunque estas galletas son populares en muchos países, esta receta tiene una influencia de la repostería americana. Donde el queso crema se utiliza con frecuencia en postres y dulces.

Dieta: Estándar. Estas galletas no están diseñadas específicamente para ninguna dieta en particular, como vegana o sin gluten. Siguen una receta tradicional de galletas con ingredientes clásicos de repostería.

Notas

Recuerda que la mantequilla y el queso crema deben estar a temperatura ambiente para obtener mejores resultados. Si los sacas del refrigerador justo antes de comenzar la receta, no se mezclarán adecuadamente. Y la masa podría quedar con grumos.

Si no tienes una batidora eléctrica, puedes hacer la receta a mano. Pero asegúrate de batir vigorosamente la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y de color claro. Esto puede llevar más tiempo y esfuerzo, pero el resultado valdrá la pena.

Estas galletas se conservan bien a temperatura ambiente durante 2-3 días si se guardan en un recipiente hermético. También puedes refrigerarlas para prolongar su vida útil hasta por una semana. Aunque su textura puede cambiar ligeramente.

Si quieres congelar las galletas, lo mejor es hacerlo con la masa cruda. Forma las bolitas de masa, colócalas en una bandeja y congélalas hasta que estén sólidas. Luego, transfiérelas a una bolsa para congelador. Puedes hornearlas directamente desde el congelador, añadiendo unos minutos al tiempo de cocción.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar queso crema bajo en grasa? Sí, puedes usar queso crema bajo en grasa o incluso queso crema vegano. Sin embargo, ten en cuenta que la textura y el sabor de las galletas pueden variar ligeramente.

¿Puedo sustituir la mantequilla por margarina? Sí, puedes usar margarina en lugar de mantequilla. Pero la mantequilla le da a las galletas un sabor más rico y una textura más tierna. Si usas margarina, asegúrate de que sea una adecuada para hornear.

¿Qué puedo hacer si no tengo papel pergamino? Si no tienes papel pergamino, puedes engrasar ligeramente la bandeja para hornear. Otra opción es usar un tapete de silicona para hornear, que es reutilizable y antiadherente.

¿Puedo añadir chispas de chocolate a la masa? ¡Claro que sí! Puedes añadir aproximadamente 1/2 taza de chispas de chocolate, nueces picadas, o cualquier otro complemento que te guste. Solo asegúrate de no excederte con las adiciones para no alterar la textura de las galletas.

¿Por qué mis galletas quedaron planas? Si tus galletas quedaron demasiado planas, puede ser por varias razones. Tal vez la mantequilla estaba demasiado blanda, no usaste suficiente harina, o no dejaste suficiente espacio entre las bolitas de masa en la bandeja para hornear.

Instrucciones de almacenamiento

Para almacenar las galletas de queso Philadelphia y vainilla, primero asegúrate de que se hayan enfriado completamente. Una vez frías, guárdalas en un recipiente hermético a temperatura ambiente. Esto ayudará a mantener su frescura y evitará que se endurezcan.

Si vives en un clima cálido o húmedo, es mejor refrigerar las galletas para evitar que se ablanden demasiado. En el refrigerador, las galletas se mantendrán frescas durante aproximadamente una semana. Asegúrate de que el recipiente esté bien cerrado.

Para un almacenamiento a más largo plazo, puedes congelar las galletas horneadas. Colócalas en una sola capa sobre una bandeja y congélalas hasta que estén sólidas. Luego, transfiérelas a una bolsa para congelador o a un recipiente hermético.

Cuando quieras disfrutar de una galleta congelada, simplemente descongélala a temperatura ambiente durante unos minutos. O bien, puedes calentarla en el microondas durante unos segundos. Las galletas congeladas y bien envueltas se conservanen buen estado hasta por dos meses. Sin embargo, su textura puede cambiar ligeramente después de descongelarlas.

Recetas relacionadas

Si te encantaron estas galletas de queso Philadelphia y vainilla, seguramente disfrutarás de otras recetas de repostería similares. Prueba a preparar unos scones de arándanos, que son perfectos para el desayuno o la merienda. Su textura tierna y su sabor afrutado te conquistarán.

Otra opción deliciosa son los muffins de plátano y nueces. Estos panquecitos son húmedos, esponjosos y están llenos de sabor. Son ideales para aprovechar plátanos maduros y obtener un postre o snack delicioso y nutritivo.

Si prefieres algo con un toque cítrico, un bizcocho de limón glaseado es una excelente elección. La acidez del limón combinada con el dulzor del glaseado crea un equilibrio perfecto de sabores. Además, su textura suave y esponjosa lo hace irresistible.

Para los amantes del chocolate, unas galletas de doble chocolate son una apuesta segura. Estas galletas combinan una masa de chocolate intenso con trozos de chocolate semidulce. Creando una explosión de sabor en cada bocado que satisfará a los paladares más exigentes.

Finalmente, si quieres probar otra receta con queso crema, puedes preparar unos cupcakes de red velvet con frosting de queso crema. Estos pastelitos de terciopelo rojo, con su característico sabor y su cremoso frosting, son un clásico de la repostería que nunca pasa de moda.

Conclusión

Las galletas de queso Philadelphia y vainilla son una verdadera delicia que combina simplicidad y sabor en cada bocado. Con ingredientes comunes y un proceso de elaboración sencillo, estas galletas son perfectas para cualquier ocasión. Ya sea para una merienda, un postre o simplemente para darte un capricho.

Su textura suave por dentro y ligeramente crujiente por fuera, junto con el delicado equilibrio entre el queso crema y la vainilla, las convierte en una opción irresistible. Para amantes de las galletas y para quienes buscan una receta fácil pero deliciosa. Anímate a hornear estas galletas.

Experimenta con diferentes variaciones y compártelas con tus seres queridos. Disfruta del proceso de hornear y, sobre todo, del placer de saborear unas galletas caseras hechas con amor. Estas galletas no solo satisfarán tu antojo de algo dulce.

Sino que también te brindarán la satisfacción de haber creado algo delicioso con tus propias manos. La repostería es un arte que se disfruta en cada paso, desde la mezcla de los ingredientes hasta el aroma que inunda la cocina durante el horneado. Y, por supuesto, el momento de degustar el resultado final.

Así que, reúne los ingredientes, precalienta el horno y prepárate para disfrutar de unas galletas de queso Philadelphia y vainilla que te conquistarán desde el primer mordisco. ¡No te arrepentirás de probar esta receta! Y, quién sabe, quizás se convierta en una de tus favoritas para compartir en reuniones familiares, con amigos, o simplemente para disfrutar en solitario con una taza de tu bebida preferida.

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