Receta casera de salami de pollo

Introducción:

Hacer tu propio salami de pollo en casa es más fácil de lo que crees. Es una forma estupenda de disfrutar de un embutido sabroso y saludable sin aditivos ni conservantes. Esta receta utiliza ingredientes sencillos para crear un delicioso salami de pollo.

Es perfecto para bocadillos, aperitivos o para añadir a tus platos favoritos. Al utilizar pollo fresco y una mezcla de especias, obtendrás un sabroso y nutritivo salami casero sin ingredientes artificiales. Te encantará poder controlar los ingredientes.

Descubre lo sencillo que puede ser preparar un embutido delicioso y sano. Podrás disfrutarlo como más te guste y con la tranquilidad de saber exactamente qué contiene. Anímate a probarlo.

Por qué te encantará esta receta:

El salami de pollo casero no contiene aditivos ni conservantes, lo que lo convierte en una alternativa más saludable que las versiones compradas. Puedes estar seguro de que estás consumiendo un producto natural. Esto es ideal para quienes buscan cuidar su alimentación.

La receta es fácil de seguir y se puede personalizar con tus especias favoritas. No necesitas ser un experto en la cocina para obtener buenos resultados. Además, puedes adaptarla a tus gustos y preferencias.

El resultado final es un delicioso tentempié o un componente de una comida repleto de proteínas que puede disfrutar de varias maneras. Es versátil y se adapta a diferentes ocasiones. Puedes usarlo en una gran variedad de platos.

Esta receta es una forma de experimentar en la cocina y obtener un producto delicioso, y es muy gratificante ver el resultado final.

Ingredientes que necesitarás:

  • 1 kg 200 g de carne de muslos de pollo (preferiblemente deshuesados y sin piel). Los muslos de pollo aportan jugosidad y sabor al salami. Son una excelente fuente de proteína.

  • 15 g de sal de mesa. La sal es fundamental para curar la carne y realzar el sabor del salami. Además, actúa como conservante natural.

  • 70 g de nata fría (30% de grasa). La nata fría ayuda a ligar la mezcla y da al salami una textura suave. Aporta cremosidad y un sabor delicado.

  • 1 g de ajo seco. El ajo seco proporciona un sabor intenso y aromático sin añadir humedad a la mezcla. Es un condimento clásico en la elaboración de embutidos.

  • 1 g de pimienta negra molida. La pimienta negra añade un toque picante y complementa el sabor del pollo. Es un ingrediente esencial en cualquier embutido.

  • 1 g de pimienta de Jamaica. Esta especia aporta un aroma cálido y complejo, con notas de clavo, canela y nuez moscada. Le da un toque distintivo al salami.

  • 1 g de cilantro. El cilantro molido ofrece un sabor cítrico y ligeramente dulce que equilibra las demás especias. Aporta frescura y un aroma particular.

  • 2 g de pimentón. El pimentón, ya sea dulce o ahumado, añade color y un sabor característico al salami. Puedes elegir el que más te guste.

Cómo hacer Salami de Pollo Casero:

Paso 1: Preparar el pollo.

Si los muslos de pollo no están ya deshuesados y sin piel, quítales los huesos y la piel. Es más fácil trabajar con la carne limpia. Este paso es crucial para la textura final.

Corta la carne de pollo en trozos pequeños para facilitar su procesamiento. Los trozos pequeños se procesan mejor y se mezclan de manera más uniforme. Asegúrate de que todos los trozos sean de un tamaño similar.

Este paso previo simplifica mucho el trabajo posterior. Con la carne lista, el resto del proceso será más fluido. Tómate tu tiempo para preparar el pollo correctamente.

Paso 2: Triturar el pollo.

Con una picadora de carne o un robot de cocina, tritura la carne de pollo hasta obtener una consistencia fina. Queremos que quede bien picada, pero no hecha una pasta. Dependiendo de tu equipo puede llevar unos minutos.

Quieres que la textura sea suave, similar a una pasta, pero conservando cierta textura. Si usas un procesador de alimentos, hazlo en tandas para no sobrecargarlo. Pulsa el botón en intervalos cortos.

La consistencia del pollo triturado es importante para la textura final del salami. Asegúrate de que esté bien picado antes de continuar. Si es necesario, haz una pausa y revisa la textura.

Paso 3: Mezclar los ingredientes.

En un bol grande, mezcla el pollo molido con la sal, la nata fría, el ajo seco, la pimienta negra, la pimienta de Jamaica, el cilantro y el pimentón. Es importante que el bol sea lo suficientemente grande para mezclar todo cómodamente.

Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados. Puedes usar las manos (con guantes) o una espátula resistente. Asegúrate de que las especias se distribuyan de manera uniforme.

La nata fría ayuda a ligar la mezcla y da al salami una textura suave. Es importante que esté bien fría para que cumpla su función. Mezcla con paciencia hasta que todo esté integrado.

Paso 4: Dar forma al salami.

Extiende un trozo grande de film transparente sobre una superficie plana. Coloca la mezcla de pollo en el centro y dale forma de tronco o cilindro. Intenta que quede lo más compacto posible.

Enrolla bien el envoltorio de plástico alrededor de la mezcla de pollo, asegurándote de que no queden burbujas de aire. Presiona firmemente mientras enrollas para compactar la mezcla. Este paso es crucial para la forma final.

Retuerce los extremos del envoltorio de plástico para asegurar la forma del salami. Para mayor seguridad, envuelve el tronco en papel de aluminio, retorciendo bien los extremos. El papel aluminio ayudará a mantener la forma durante la cocción.

Paso 5: Cocer el salami.

Precalienta el horno a 180°C (350°F). Coloca el salami de pollo envuelto en una bandeja de horno. Asegúrate de que la bandeja sea apta para el horno.

Hornea el salami durante 60-70 minutos. El tiempo puede variar ligeramente dependiendo de tu horno. Es importante que el salami alcance una temperatura interna segura.

Como alternativa, puedes cocer el salami al vapor sobre agua hirviendo durante el mismo tiempo. Asegúrate de que esté completamente cocido. Si eliges este método, coloca el salami en una vaporera.

Paso 6: Enfriar y cortar.

Una vez cocido el salami, sácalo del horno o de la vaporera y déjalo enfriar completamente a temperatura ambiente. No lo cortes caliente, ya que se desmoronará. Este paso es crucial para que mantenga su forma.

Una vez frío, desenvuelve el salami con cuidado. Retira el film transparente y el papel de aluminio. Ahora está listo para cortar.

Con un cuchillo afilado, corta el salami en rodajas finas. El grosor de las rodajas depende de tu preferencia. Sirve y disfruta.

Paso 7: Servir.

Disfruta de tu salami de pollo casero en sándwiches, ensaladas o como tentempié. Es delicioso por sí solo o acompañado de otros ingredientes. Su versatilidad te sorprenderá.

Puedes servirlo como parte de una tabla de embutidos, como aperitivo o como ingrediente en tus recetas favoritas. Las posibilidades son infinitas. Experimenta y encuentra tu forma favorita de disfrutarlo.

Sugerencias para servir:

Sirve el salami de pollo en una tabla de embutidos con quesos, aceitunas y galletas saladas. Es una excelente opción para reuniones o como aperitivo. La combinación de sabores es deliciosa.

Utilícelo como ingrediente de una pizza casera o en una tortilla de desayuno. Le dará un toque especial a tus platos. Su sabor intenso realza cualquier receta.

Acompáñalo con mostaza o tus condimentos favoritos para un aperitivo rápido y sabroso. Puedes probar con diferentes tipos de mostaza, mayonesa o salsas picantes. Las opciones son infinitas.

Consejos de cocina:

Asegúrate de que la nata esté muy fría al mezclarla para ayudar a que el salami mantenga su estructura. La temperatura de los ingredientes es importante en esta receta. Una nata fría se emulsionará mejor con la carne.

Para darle más sabor, puedes añadir especias o hierbas adicionales como tomillo o romero. Experimenta con diferentes combinaciones para crear tu propio perfil de sabor. Ajusta las cantidades a tu gusto.

Si no tienes una picadora de carne, puedes picar finamente el pollo a cuchillo. Llevará más tiempo, pero el resultado será similar. Asegúrate de que los trozos sean lo más pequeños posible.

Puedes usar pechuga de pollo en vez de muslos, pero ten en cuenta que puede quedar un poco más seco. En ese caso, añade un poco más de nata para compensar.

Beneficios nutricionales:

Pollo: Fuente magra de proteínas, el pollo es bajo en grasas y rico en nutrientes esenciales como vitaminas del grupo B y fósforo. Es una carne saludable y versátil. Ideal para una dieta equilibrada.

Especias: La mezcla de especias añade sabor sin necesidad de aditivos ni conservantes. Además, muchas especias tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Son beneficiosas para la salud.

Esta receta no contiene conservantes artificiales, una gran ventaja frente a productos industriales.

Información dietética:

  • Sin gluten: Sí, esta receta es naturalmente libre de gluten, siempre y cuando te asegures de que todos los ingredientes utilizados estén certificados como tal. Es apta para celíacos.

  • Opción sin lácteos: Utilice un sustituto de la nata sin lácteos si es necesario. Hay muchas opciones disponibles en el mercado, como nata de soja, almendra o coco.

  • Baja en carbohidratos: Esta receta es baja en carbohidratos. Es adecuada para dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas.

Información nutricional (por ración):

  • Calorías: Aproximadamente 120 kcal. Este valor puede variar ligeramente según el tamaño de las porciones y los ingredientes exactos utilizados.

  • Proteínas: 14 g. El pollo es una excelente fuente de proteína de alta calidad. Ideal para el desarrollo y mantenimiento muscular.

  • Grasas: 7 g. La mayor parte de la grasa proviene de los muslos de pollo y la nata. Son grasas principalmente insaturadas.

  • Carbohidratos: 1g. Esta receta es muy baja en carbohidratos. Perfecta para dietas bajas en carbohidratos.

  • Fibra: 0g. Esta receta no contiene una cantidad significativa de fibra. Puedes acompañarla con una ensalada para aumentar la ingesta de fibra.

  • Sodio: 250 mg. El contenido de sodio proviene principalmente de la sal añadida. Puedes ajustar la cantidad de sal según tus necesidades.

Conservación:

Conserva el salami de pollo en lonchas en un recipiente hermético en el frigorífico durante un máximo de 5 días. Asegúrate de que el recipiente esté bien cerrado para evitar que se seque. Es importante refrigerarlo correctamente.

Para un almacenamiento más prolongado, puedes congelar las lonchas de salami. Envuélvelas individualmente en film transparente y luego guárdalas en una bolsa para congelador. Descongélalas en el frigorífico antes de utilizarlas.

El salami congelado se conserva en buen estado durante aproximadamente 2 meses. Pasado ese tiempo, puede perder calidad en cuanto a sabor y textura. Etiqueta la bolsa con la fecha de congelación.

Preguntas más frecuentes (FAQ):

1. ¿Puedo utilizar pechuga de pollo en lugar de muslos de pollo? Sí, pero los muslos de pollo suelen tener más grasa, lo que ayuda a mantener la humedad del salami. Si utilizas pechuga, considera añadir un poco más de nata o grasa.

2. ¿Puedo congelar el salami de pollo? Sí, puedes congelar el salami cocido. Envuélvelo bien en film transparente y guárdalo en el congelador hasta 2 meses. Descongélalo en el refrigerador antes de consumir.

3. ¿Qué puedo utilizar en lugar de nata? Puedes utilizar una nata no láctea o incluso un poco de caldo de pollo para ayudar a ligar la mezcla de carne. También puedes usar yogur griego natural.

4. ¿Cómo sé si el salami está totalmente cocido? La temperatura interna debe alcanzar los 74 °C (165 °F) para garantizar que esté completamente cocido. Usa un termómetro de cocina para verificarlo.

5. ¿Puedo añadir otras especias o hierbas? Sí, siéntete libre de personalizar el sabor con tus especias o hierbas favoritas como romero, tomillo o copos de chile. Experimenta con diferentes combinaciones.

6. ¿Esta receta es apta para una dieta ceto? Sí, este salami de pollo es bajo en carbohidratos y alto en proteínas, por lo que es apto para la dieta cetogénica. Asegúrate de que los demás ingredientes que uses también sean aptos.

7. ¿Qué otras carnes puedo utilizar para esta receta? Puedes sustituir el pollo por pavo, cerdo o una combinación de carnes para obtener diferentes sabores. Ajusta el tiempo de cocción según el tipo de carne.

8. ¿Cómo debo cortar el salami? Utiliza un cuchillo afilado para cortar el salami en rodajas finas para obtener la mejor textura. Puedes cortarlo en rodajas más gruesas si lo prefieres.

9. ¿Puedo hacer esta receta sin horno? Sí, puedes cocer el salami al vapor en lugar de hornearlo. Solo tienes que asegurarte de que se cocine durante el tiempo recomendado y alcance la temperatura interna adecuada.

10. ¿Cuánto dura el salami de pollo en la nevera? Se conserva hasta 5 días en un recipiente hermético en el frigorífico. Asegúrate de que esté bien refrigerado para mantener su frescura.

Conclusión:

Hacer tu propio salami de pollo en casa es un proceso gratificante y sencillo. Con unos pocos ingredientes y algunos utensilios de cocina básicos, puedes crear un salami delicioso y saludable.

Es perfecto para cualquier ocasión. Tanto si quieres evitar los aditivos como si sólo quieres disfrutar de un manjar casero, esta receta de salami de pollo se convertirá en tu favorita.

Pruébala y saborea los ricos sabores y las delicias del salami casero. Te encantará el resultado y la satisfacción de haber creado algo tan rico con tus propias manos. ¡Disfrútalo!

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